Aun sentía ese malestar en mi garganta
la mañana siguiente a la que hablamos de lo nuestro… o no nuestro, no quedo
claro eso... De ahí este nudo inquebrantable que me dificulta hablar, pensar y
tratar de hacer mi vida lo mas normal posible. Este sentimiento nuevo en mí, que
nació de vos y en consecuencia menos esperada me afecta, entreabre millones de
preguntas y afirmaciones que quedan en el simple vacío de vacilación.
Ya paso un mes, aunque no lo
creas… es increíble como pasa el tiempo. Ahora entiendo que la mente fría es la mejor consejera para cualquier situación. No obstante, las cuestiones siguen
presente, ¿cómo se puede escapar de eso? ¿Cómo te pudiste escapar de esto?
En su momento creí que lo
nuestro, o no nuestro, podía finalizar y
citándote “con ese broche de oro”. Pero no es así, ambos sabemos que esto no va
a terminar tan fácil. No creo que tenga el poder necesario como para traerte de
nuevo, mis energias fueron cesando al no verte. Paralelamente y casi imposible
de asimilar confimo que “soy la indicada”. Soy la princesa que necesita su
zapatito, o un beso o algún rescate… Soy esa mujer que sabe la realidad pero
que aún espera al Príncipe Azul.
No hay palabras exactas para
describir un porque lógico. No hay dicho, ni azar que batalle con lo
indiscutible. No seré lo que soñaste algún día o lo que esperaste toda tu vida.
No seré la persona lista para actuar en el momento indicado y mucho menos para
darme cuenta de viejas manías. No hay detalle de lo que soy en realidad, pero
sé que todo lo que fui y seré es para y por vos. Sé que todo este tiempo te
estuve esperando inconscientemente. Por más personas que hayan pasado por
nuestros caminos, siempre terminamos juntos, sin motivo pero con muchas razones.